Ricardo Temiño es propietario y cocinero de La Fábrica, uno de los restaurantes fundamentales para entender la gastronomía burgalesa contemporánea. Ricardo dirige también la cocina de Casa Secuoya, con la que traslada a nuestro espacio su arrolladora combinación de tradición y vanguardia. Sensaciones 100% Burgos bajo la protección de la secuoya.
¿Qué conexión hay entre La Fábrica y Casa Secuoya?
De complicidad total y con una vocación compartida: ofrecer el más alto nivel de eventos en y desde Burgos. El espacio es extraordinario, tiene una dimensión y una armonía que casi no puede explicarse… Te hace sentir a gusto. También trabajando. Es un lugar perfecto para que todo salga bien.
¿Cómo defines la propuesta gastronómica de La Fábrica?
Para nosotros, cocinar significa trasladar la vida del mercado al plato. El mercado como muestrario de lo mejor del territorio, de la autenticidad, de los colores, olores, sabores… El producto en su esencia. Por eso nos gusta más hablar de producto que de técnicas o estilos. Cocinamos con respeto al producto y con ganas de actualizar, sorprender y apasionar. Nos inspira la diversidad, la calidad, el descubrimiento, la búsqueda de equilibrio… y también el ambiente de mercado, esa vitalidad, convivencia y relación entre personas de todo tipo.
En una ciudad como Burgos, ¿que significa la tradición culinaria local?
Un profundo respeto, basado en las cualidades y posibilidades de lo que hablábamos: el producto. Yo me he formado aquí y a partir de la cocina familiar, muy arraigada en los productos y recetas burgalesas. Ese nervio me conecta con una realidad concreta que, como todas las tradiciones, está viva y es evolutiva. De hecho, eso es lo mejor de la tradición, que te da la sólida base para interpretar y crecer. Crearlo todo sin inventar nada.
Si fueras como invitado a Casa Secuoya, ¿qué te gustaría comer?
Platos que concentren toda la esencia del momento, de la temporada, del lugar y del sabor. Platos con un detalle de personalización, con guiños a cada tipo de evento. Platos que acompañen al propio evento, que se conviertan en una fiesta en sí mismos. Platos que me gustaría recordar.
¿Convive bien tu cocina con una reunión de trabajo?
Son momentos importantes para sus participantes, así que el objetivo es que la gastronomía complemente y a la vez contraste con el tono normalmente formal de una reunión. Comer estimula la relación, el buen ambiente de un equipo. Es fundamental dejar huella y alcanzar un equilibrio entre bienestar, desconexión, placer y una propuesta a medida.
Tres referentes culinarios.
Mi madre, por la esencia, la maestría, el amor al producto y el vínculo con la tradición.
El restaurante Aponiente, de Ángel León, por el impulso de innovar a partir de lo que tienes delante, en su caso, el mundo de la costa y el mar.
El cocinero Michel Bras, por su pasión por la cocina, por sus comensales, por la gente y por la felicidad.
Tres platos ideales para un evento.
Carpaccio de gambas para empezar: sutilidad con toques exóticos, ideal para abrir boca.
La lubina con pil pil de tuétano, una de nuestras especialidades de las que me siento más satisfecho. Creo que simboliza a la perfección el respeto a la pureza del producto.
Turnedó de lechazo: una lectura contemporánea de la carne burgalesa por excelencia. Gusta a todos y a todos sorprende. Éxito asegurado.
¿Y de postre?
Nos gusta trabajar una repostería que actualiza la tradición. El milhojas de crema caramelizada, por ejemplo, representa ese vínculo con el pasado desde la suavidad y los matices acordes con un paladar contemporáneo.
¿Qué te gustaría celebrar en Casa Secuoya?
La bienvenida al verano, por ejemplo. Con un concierto en el jardín y un aperitivo lleno de frescura. Conversaciones bajo los árboles, entre fragancias de flores y el borboteo del estanque… Placeres sencillos, en un lugar especial y acompañados de un picoteo variado, de temporada, con toques cítricos y vinos vibrantes.
Un objetivo de futuro.
Situar Burgos en el mapa de la gastronomía española y, ahora también, en el mapa de los mejores eventos, con nuestra alianza entre La Fábrica y Casa Secuoya.